martes, 18 de octubre de 2011

Examen de Ojo, Oído y Nariz

Pupilas

Se estudia la forma, tamaño, situación y simetría pupilares. El contorno irregular de las pupilas se llama díscoria, y su distinto tamaño, anísocoria. El diámetro pupilar menor de 2 mm se denomina miosis, y el mayor de 4 mm midriasis. Las reacciones pupilares se estudian a través del estímulo luminoso y por las maniobras de convergencia ocu- lar. En condiciones normales la pupila se contrae con la luz y se dilata en la oscuridad. Los reflejos fotomotor, consensual y de acomodación y convergencia, se describen en las figuras correspondientes.

Inspección a ojo desnudo de oído:

Examinar implantación, forma, tamaño, color, existencia de tumores o nevos en el pabellón auricular. En la región pre-auricular buscar la presencia de fístulas y papilomas. Certificar la existencia de conducto auditivo externo.






No se debe olvidar que como parte del examen físico del oído se debe inspeccionar la región mastoidea en búsqueda de eritema, edema o aumento de volumen.


Palpación:
Palpar el pabellón auricular buscando dolor a la movilización, tumoraciones, y en la región pre-auricular descartar adenopatías. Buscar mediante la palpación de la mastoides, posibles complicaciones inflamatorias como adenopatías y zonas fluctuantes.
Otoscopía:
Es la inspección del conducto auditivo externo y del tímpano.
Esta puede realizarse de varias maneras:

Otoscopio: es un instrumento que posee una fuente de luz, un lente con aumento y un dispositivo donde insertar espéculos auditivos (conos) de diferentes tamaños.

Espejo frontal y espéculo auditivo (cono): en este caso el espejo actúa como fuente de luz, reflejándola desde una lámpara. La luz es dirigida por el espejo hacia el cono de examen.


Nariz

Inspección:
 
Se debe examinar el aspecto externo en busca de alteraciones de la piel (rinofima, tumores, impétigo), desviación lateral de la nariz (laterorrinia), aumento de volumen, alteraciones del dorso nasal (pe. Silla de montar, giba), alineamiento del eje nariz (fracturas), salida de secreción por narinas, costras, mal olor (ocena). Recordar que en algunas ocasiones el compromiso inflamatorio o infeccioso de las cavidades paranasales puede manifestarse como aumentos de volumen, eritemas, zonas fluctuantes en la zonas de proyección de éstas (zona malar, zona frontal), exoftalmo o enoftalmo, celulitis orbitaria y periorbitaria, hematomas, etc.
Paralelamente se debe observar si la persona es respirador bucal o nasal.
Luego se debe levantar suavemente la punta de la nariz determinando si el tabique está alineado con la columela, existencia de hematomas del tabique y si existen alteraciones en el vestíbulo nasal (secreción purulenta, costras).






Palpación:
Es importante palpar el dorso nasal en busca de dolor, resaltes, crepitaciones, aumento de volumen, equímosis, fluctuación, etc.

Rinomanometría:
Es un examen que permite medir la resistencia del flujo aéreo nasal, por lo que se indica para objetivar el grado de obstrucción nasal.

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